“Mihua” es la voz

Cuando los que se autodenominaban el sendero luminoso del pueblo peruano, explotaban con bombas las torres de alta tensión para dejar en tinieblas a la ciudad capital e iniciar su campaña terrorista, una voz cálida y serena invocaba a la calma utilizando las ondas sonoras de la primera emisora informativa que llegaba, desde esa época, a todos los rincones del país. Su nombre: Miguel Humberto Aguirre Guajardo, a quien desde entonces se le conoce como el Señor de los apagones.

           ‘Mihua’, palabra acrónima formada por las iniciales de sus nombres y apellido paterno y con la que firmaba sus artículos, es de nacionalidad chilena y desde hace más de 40 años que radica en nuestro país, haciendo lo que más ama en la vida: informar, analizar, investigar y comunicar acerca de los acontecimientos nacionales e internacionales que ocurren en el día a día.

           Y aunque hoy está más seguro que de haber tenido otra oportunidad de vida hubiera elegido el periodismo, él ingresó a la carrera de Literatura en la Universidad de Chile porque su amor y afán por la lectura lo sedujeron desde siempre. Quería ser profesor de esa especialidad. Sin embargo, cada vez que tenía oportunidad, burlaba el ingreso a las clases de periodismo en donde empezó a sentirse más que a gusto; vivía a plenitud.

Los ciclos avanzaban y como todo romance no admite un tercero, se vio en la necesidad de elegir. No ofreció resistencia a la aventura, al conocimiento, la emoción, al peligro y un poco de locura que ofrece el periodismo. “No hubo curso que no me gustara. Todos los disfrutaba porque me acercaban más a lo que más quería”, sentencia ‘Mihua’.

Su arribo por tierras peruanas fue producto de la inestabilidad política provocada por el golpe de Estado de Augusto Pinochet al gobierno de Salvador Allende. Crisis que no sólo remeció su tierra natal sino también su vida familiar, pues tuvo que dejar de ver a sus hijos por unos largos seis años aproximadamente.

Su huella digital

           La pluma de Mihua hizo que personajes anónimos vieran la luz del reconocimiento, que cada entrevistado pudiera, sin querer, entregar una primicia, que los descubrimientos no fueran flor de un solo día sino que cobraran trascendencia y que hasta las confesiones resultaran más que una catarsis; una noticia que interese al país. Cada una de estas producciones encontró soporte en diarios como Última Hora, La Crónica, entre otros.

Pero como todo proceso de evolución implica dejar lugares y conocer nuevas experiencias, en el año de 1981 hace su ingreso a Radio Programas del Perú (RPP), emisora cuya señal a nivel nacional se ha caracterizado por tener a un selecto grupo de voces como la de Mihua, por ejemplo.

           Actualmente, es el Director de Contenidos de dicha emisora y por ello su jornada empieza 15 minutos para las cuatro de la mañana, mientras la mayoría aún duerme, él se prepara para salir a RPP, su segundo hogar. Al llegar, asume con la lucidez que lo caracteriza la revisión de los principales diarios locales, las noticias de la web y la información de periódicos como El País, El Mundo y La Vanguardia.

           En su afán por detectar y reparar las faltas ocurridas en los diferentes espacios noticiosos, vuelve a escuchar las grabaciones emitidas y cual sabueso en su garbanzal halla hasta lo imperceptible e invoca a la inmediata corrección. Momentos más o menos ingresa a reunión con el equipo de responsables de las diferentes áreas y jerarquizan las notas que tratarán durante el día.

El pensamiento ‘Mihua’: Fe, esperanza y caridad.

           De las más de 12 horas diarias que dedica a su pasión el periodismo, Mihua es el eterno ladrón del tiempo porque se da el placer de organizar los contenidos de los tres programas que tiene a su cargo: Más allá de las canas (FE, de que la gente practique el amor y respeto a los mayores), Busca personas (ESPERANZA, de que encontraremos al ausente) y Domingo es fiesta (CARIDAD al entregarnos un programa que nos motive a la reflexión).

           El primero de estos, emitido los sábados de 19:00 a 20:00 horas, podría arrancar aplausos y sonrisas del buen Confucio pues practica y motiva la piedad filial, teniendo en cuenta que la indiferencia y desatención hacia los ancianos son penosas características de algunos peruanos que conviven con la indolencia. Temas como la alimentación, cuidados físico y emocional, así como el emprendimiento del adulto mayor son desarrollados en cada emisión.

           El segundo, propalado los domingos de 21:00 a 22:00 horas, ya ha logrado reunir a más de mil familias con aquellos seres que por diferentes motivos fueron separados. El mejor pago para estos ‘hacedores de felicidad’ son aquellas copiosas lágrimas de alegría, aquellos gritos desgarradores que emitimos cuando vemos la luz de esperanza, aquellos eternos abrazos que en verdad nos vuelven uno solo. Y como dice Mihua: “lo mejor de todo este proyecto es que es gratuito y está al servicio del que lo necesita”.

           Y el tercero y último, por ahora, difundido los domingos de 10:00 a 10:30, está dedicado a encontrar esa salud mental que todo ser humano necesita. Al margen de los diferentes pensamientos religiosos, debo reconocer y aceptar mi lado prejuicioso del asunto. Alguna vez pensé que dicho programa estaba dirigido a ‘los católicos’, pero al escucharlo confirmé alegremente mi error.

           Fue curioso escuchar que el padre Clemente Sobrado, amigo íntimo de Mihua y que le ha dado el derecho de ser llamado ‘monaguillo del padre Sobrado, fue el autor de una bella frase acerca de un noble sentimiento. Dijo: “¿por qué dicen ‘hacer el amor’?, si el amor ya está hecho, existe…” Me dejó pensando.

El placer de sus vicios.

           Conocer a Miguel Humberto Aguirre, aquel periodista que se dio el lujo de desayunar en Perú, almorzar en Colombia y dormir en Brasil en un mismo día, gracias a los trabajos de prueba de un equipo satelital que RPP había adquirido, es una experiencia formidable.

Pero enterarse de sus incontrolables pasiones nos quita esa duda que algunos tenemos cada vez que nos preguntamos si ‘somos normales’.

a) Los libros.

Y es que ‘El señor de los apagones’ refulge con intensidad cuando toma entre sus manos un libro. Confiesa su amor por la lectura que lo ha llevado a cultivar la pulcra disciplina de leer un libro al mes.

           Pero si se trata de recurrir a uno en especial, Mihua asegura que lo hace cada cuatro meses en que relee “El relato de un náufrago” del extinto Gabriel García Márquez (Gabo). Crónica de la confesión de un náufrago que desestabiliza la armada colombiana y que después de 20 años es convertida en un libro por el genial Gabo.

           “Creo que el periodista debe tener un afán por nutrirse de todo tipo de información y obtener, de esta forma, un nivel adecuado de cultura general. No concibo la idea de saber que un comunicador tenga ese tipo de limitaciones”, sentencia Mihua.

b) El teatro.

           Su gusto por la literatura lo ha llevado, desde sus años mozos, a practicar y a amar el teatro. Y si el dramaturgo Arthur Miller afirmaba que ‘el teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma’, Mihua no puede dejar de estar pendiente de estos temas porque dejaría de ser quien es.

           Sus hijos, a quienes ama mucho y los describe como superiormente inteligentes porque ninguno se dedicó a seguir sus pasos, le han dado el gusto de tener nietos y al parecer éstos han resultado ser de la misma estirpe porque uno de ellos cultiva estrechos lazos con el arte que el abuelo disfruta sin cesar. Esperemos que pronto los pedidos de esta nueva generación en la familia de Mihua sean escuchados por él y nos entregue su ópera prima en este campo.

c) El café.

           De las 280 mil toneladas de café que el Perú produce anualmente en promedio en los últimos años, Miguel Humberto Aguirre es uno de los fieles consumidores de esta delicia traída por los inmigrantes franceses a nuestro país, allá por el siglo XVIII.

           Son tantas las características positivas y negativas que se le asignan a esta prodigiosa bebida, que Mihua las hace a un lado y disfruta a diario de este regalo de la naturaleza. Confiesa que una de sus colegas pudo contabilizar que en cierta oportunidad Mihua ingirió 25 tazas de café. Y es que pude comprobar que a él le encanta beberlo pasado, concentrado y sin azúcar, tanto así que su rostro mostró su extrañeza cuando yo endulzaba al mío.

            Mihua es el hombre de prensa que al estrechar la mano del Papa, hoy Santo, Juan Pablo II y compartir momentos de entrega solidaria junto a la Madre Teresa de Calcuta pudo percibir la verdadera esencia del ser humano. Su veracidad, sagacidad y honradez le han permitido conocer a personajes que van desde Presidentes hasta héroes anónimos, disfrutar de los recónditos paisajes y vivir situaciones inimaginables, muchos de los cuales hoy son sus amigos, sus segundos hogares y hasta le han hecho ser mejor persona.

Así de especial es este periodista cuya voz y habilidad para escribir nos hace amar más el periodismo aun cuando los momentos inciertos se asomen a nuestras vidas. Definitivamente, ¡Mihua es la voz!

Mihua

por: Maria Elena Mamani Gómez.