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Lo bueno, lo malo y lo feo de las elecciones 2016

Escribe: María Elena Mamani Gómez

LO BUENO: PESE A TODO, LA POBLACIÓN FUE A VOTAR

Los procesos electorales son de por sí  etapas llenas de tensión que atraviesa una sociedad para elegir a un gobernante que logre mejoras para el país. Las nuestras, aquí en Perú, han sido mucho más que eso; pero pese a todo las personas acudieron a votar, aunque sea obligados por las multas.

Y es que nuestro país se mantuvo más expectante los dos últimos meses en que ocurrieron curiosos acontecimientos no registrados en comicios anteriores. Como que dos candidatos que lideraban las preferencias hayan sido tachados por incumplir elementales requisitos electorales, fue el primer llamado de atención que nadie lo esperaba, menos los miles de seguidores que tenían.

Los votos de ambos postulantes fueron a parar a las estadísticas de dos que figuraban dentro de los porcentajes más bajos, pero que hoy uno de ellos ya disputa, con honor uno de los tres primeros lugares. En tanto, el otro, por despreciar regalos y afirmar en una entrevista que sí va a comprar pan todos los días, pero que desconoce el precio del mismo;  el pueblo le dijo: ‘ahora no joven’ y le devolvió el desaire.

Pese a ello, los representantes de los añejos partidos políticos solo obtuvieron unos que otros seguidores más. El turbio pasado pesó más que las maquilladas promesas que ofrecían.

El segundo hecho que causó indignación es que el Jurado Electoral Especial denegó las siete tachas interpuestas contra la representante del partido Fuerza Popular por supuestos incumplimientos de las normas electorales. Pese a las pruebas adjuntadas el organismo no revisó el caso y concluyó que es improcedente.

El tercer momento que concitó la atención de la población fue el esperado debate electoral. No eran las propuestas, ni los disfuerzos de las portátiles; fue el encuentro tan esperado en décadas de dos personajes que alguna vez se juraron: ‘chócala para la salida’ y hasta ahora pudieron hacerlo. Fernando Olivera y Alan García.

Empezar su elocuente discurso parafraseando una de las emblemáticas canciones de Mercedes Sosa y rematar en la segunda y tercera intervención con preguntas que muchos quisimos decirle por años y que aunque hayan quedado solo en eso, en preguntas, ya estábamos vengados de tanto cinismo. Había que decirle las cosas por su nombre.

Dos días antes de los comicios, el Jurado Nacional de Elecciones anuncia que la valla electoral que debe pasar un partido o movimiento político para no perder su inscripción será del 5% cuando la ley dice, en caso de las alianzas, que debe ser del 7%. Los ojos del Perú se voltearon hacia el compañero que en el debate presidencial hizo que Fernando Olivera se inspirara y le dedicara un picante discurso cuyo ardor estará presente hasta el último día de su vida.

Y a todo eso debemos añadir que uno de los candidatos tachado y retirado de esta contienda electoral, aparte de recurrir a organismos internacionales para expresar su protesta, instó a sus seguidores por un voto nulo para que de esa forma se logre presionar y se postergue las elecciones. Luego se corrigió y señaló que mejor voten de acuerdo a sus convicciones y hasta se cuidó de borrar su ligero comentario de las redes sociales.

¿No creen que todo esto fue más que suficiente para que el electorado se sintiera dubitativo y hasta con ganas de no ir a sufragar?

Pero retomando el lado positivo del asunto y gracias a las redes sociales nos enteramos que hay peruanos que realmente nos devuelven las esperanzas de seguir creyendo en la humanidad, porque con sus actos borran todos los sinsabores de la vida.

Es el peculiar caso de los miembros de mesa de un distrito de la región Puno que decidieron instalar sus mesas de sufragio desde las tres de la mañana; es decir, cinco horas antes de la hora oficial establecida por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe). Y como ellos, la mayoría de peruanos acudieron a las urnas a pesar de la distancia, de sus condiciones y de cualquier contratiempo ocurrido.

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Prevaleció el compromiso de los ciudadanos.

LO MALO: LARGAS COLAS, AMARGOS SINSABORES

Fueron 5 mil 354 locales habilitados para votar y 7 mil 307 las mesas de sufragio instaladas a nivel nacional, para que los 22 millones 901, 954 electores cumplamos con nuestro deber cívico, según informó la Onpe.

Si bien este organismo hizo un magnífico trabajo al enviar por correo electrónico y hasta por mensajes de texto los lugares y mesas de votación a los electores que accedimos a cambiar a un lugar de votación más cercano a nuestro domicilio, al parecer descuidó otros detalles que opacaron su buena labor.

Es el caso del ingreso a cada lugar de votación, donde cientos de electores tuvimos que esperar en las afueras de los locales y hacer largas colas bajo los inclementes rayos del sol. Mientras en algunos locales se podía ingresar sin problema y la cola solo se presentaba para acceder a sufragar, en otros había que formar filas para entrar al local, muy aparte  de esperar  por espacio de una a hora y media hasta sufragar.

En los distritos en donde se instaló el voto electrónico se debía esperar entre 40 minutos y una hora aproximadamente para emitir el voto.  En tanto, en los lugares en donde el sufragio era con el método tradicional pues simplemente la demora era mayor.

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Facultad de Estomatología. Univ. Garcilazo de la Vega. Pueblo Libre.

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Colegio Claretiano. San Miguel.

Nadie comprendía qué es lo que sucedía. El personal ubicado en los accesos a los locales tenían órdenes expresas de dejar entrar a 20 personas cada 15 minutos, tal y como ocurrió en el colegio Claretiano de San Miguel, en donde no tuvieron ni siquiera acceso preferencial los ancianos ni personas con niños o con alguna discapacidad.

Pero además de ello, fueron muchas las denuncias vía redes sociales de ciudadanos que quisieron emitir su voto por una candidata a la que llaman ‘terruca’ y cuando presionaban en su imagen el voto no llegó a registrarse ¿dijo algo la Onpe? hasta ahora seguimos esperando las respuestas. ¿Debemos pensar bien?

Todo lo bueno hecho por la Onpe fue fugaz una vez registrados estos inconvenientes.

LO FEO: LA IGNORANCIA ATREVIDA

Términos como ‘terruco’, ‘terrorista’, ‘rojo’, ‘rojete’, han llenado la boca de muchos individuos cuyas identidades han quedado bien guardadas en la memoria de quienes creemos en la propuesta de la Izquierda Democrática. ¿La razón?, pues simple: no saben de lo que hablan y menos conocen de lo que realmente es ser de izquierda.

Si la preocupación por querer que todos alcancemos ese progreso anhelado sin pisar al que ya lo consiguió, dándose la mano unos a otros como muestra de humanidad, si a eso lo consideran acto terrorista, entonces en ¿qué mundo vivimos?

Si se visita Cuba y se recorre los lugares donde se gestó una de las revoluciones más emblemáticas de la isla y me lo llaman terrorista, ¿qué tienen en la cabeza?

Si se lee o relee a Marx, Engels, Mariátegui (José Carlos), o si se revisa a Mao, para conocer lo que no debe repetirse, o si recitamos poesías de Martí aprendidas en el colegio como: cultivo una rosa blanca, en junio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo, cultivo la rosa blanca ¿por eso ya se es rojo?; provocaría saber ¿qué consumen ah?

El pensamiento de la izquierda democrática anhela generar posibilidades de progreso a quienes no lo tienen, respetar los bienes de quienes ya lo poseen y sobre todo practicar la democracia con un gobierno que tenga el carácter de hacerlo, sin la violencia de esa izquierda autoritaria que deriva al comunismo.

Esta misma idea, sépanlo, la tuvo y divulgó Haya de La Torre en una entrevista dada al periodista Harry Hirschfeld, un 23 de abril de 1946:

«Para nosotros, la democracia es una meta en sí. …. No queremos arrebatar la riqueza a los ricos para dársela a los pobres; lo que perseguimos es crear nuevas riquezas para aquellos que no tienen ninguna. No queremos dictadores desde arriba, como en el fascismo, ni dictadores desde abajo como en el comunismo»

Pero, ¿acaso el último aprista que gobernó el país no trastocó los lineamientos de su máximo líder al servirse del Estado Peruano, en su primer periodo, en vez de servirlo? Ah, eso no es terrorismo, ¿verdad?

Según el Diccionario de la Lengua Española, Terrorismo, en su primera acepción dice: dominación por el terror; en la segunda, sucesión de actos de violencia para infundir terror; y en la tercera, actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.

Entonces, para la primera acepción, acaso ¿no es dominación por el terror decir: si votas por … te irás al infierno o D… ha creado al hombre y a la mujer para formar familias naturales, en muchas de las cuales existen violaciones sexuales y otros abusos, o D… perdona al violador con su arrepentimiento y confesión, pero te condena cuando decides abortar al producto ese aberrante hecho?

No es acaso la sucesión de actos de violencia para infundir terror cuando tenemos que leer tantas faltas ortográficas de quienes se consideran cultos e inteligentes y peor aún cuando conocemos a individuos que tienen a su cargo la formación de futuros profesionales colocar en sus cuentas de redes sociales, con toda la pana y elegancia de su barrio, que fulano o sutano es terruco solo porque no piensa en votar por la hija del presidente más corrupto de la historia.

Y acaso ¿no es terrorismo publicar post en donde se señala y acusa de ser terrorista a  una candidata de izquierda sin siquiera saber cuál es su plan de gobierno? Revisen pues qué dicen las estadísticas acerca de los países latinoamericanos con mejor crecimiento económico, por ejemplo, y verán que no es necesariamente la Derecha la que ha logrado esos cambios.

Qué fácil es provocar psicosociales y más aún repetir como grabadoras lo que el resto dice sin conocer parte de la historia. Qué triste es saber que las repetidoras humanas ni siquiera han leído un ápice de lo que se necesita para definir lo que es realmente es terrorista. Qué fácil es aprender lo malo y qué difícil es reconocer lo correcto.

Decir que la izquierda o la derecha es dañina, por el error de algunos, es caer en la generalización de las ideas y eso no es saludable. Como lo es vivir en esa oscuridad del desconocimiento.

Queda pendiente ampliar este tema.

«¿Qué culpa tengo yo de tener la sangre roja y el corazón a la izquierda?» Ernesto Che Guevara.