Acercándonos a un cuento

Escribe: Gerardo Hurtado Castillo

 Julio Cortázar, escritor argentino, uno de los más notables cuentistas de todos los tiempos, solía decir que en la literatura no hay temas buenos ni temas malos, “solamente hay un buen o un mal tratamiento del tema”. Seguidamente, en un instante más de su tradicional agudeza afirmaba: “Tampoco un cuento es malo porque los personajes carecen de interés; ya que hasta una piedra es interesante cuando de ella se ocupan un Henry James o un Franz Kafka”.

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Julio Cortázar

Con ello, el notable escritor, quería dejar zanjada las constantes interrogantes que sobre un cuento, le hacían sus admiradores y sus ocasionales alumnos. ¿Qué hace interesante a un cuento? ¿Qué extensión debe tener? ¿Cómo deben ser tratados los personajes?

Sobre el particular y guardando las distancias; los docentes actuales de Literatura y Periodismo o de Redacción General; seguimos recibiendo las mismas interrogantes y con ello los alumnos anhelando lo mismo: los secretos que hacen a un cuento realmente bueno.

Sobre este punto hay pocas cosas que aclarar. Pero estas son importantes. La primera de ellas es la trascendencia de un buen comienzo. Edgar Allan Poe, maestro de los cuentos de horror y genial autor de El Gato Negro y El Corazón Delator; solía manifestar que el comienzo de un cuento debe ser atrapante e impactante, “debe tener la particularidad de secuestrar al lector”.

Poe

Con este punto también coincidía el mismo Cortázar, haciendo un símil entre una pelea de box y un buen cuento: “Mientras en un cuento, el autor debe ganar por knock-out; en una novela debe ganar por puntos”.

Otro notable cuentista, el mejicano Juan Rulfo, agregaba: “El lector debe quedar subyugado desde las primeras líneas y no soltar el texto hasta el final”.

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Juan Rulfo

Donde también coincidían muchos notables personajes  es en cómo debe terminar el relato de un cuento. Allan Poe señalaba que su final debe provocar alguna sorpresa en el lector; y por otro lado, hasta el sabio Aristóteles sugería: “Todo buen final debe ser inevitable e inesperado”.

¿Y en cuanto a su estructura, qué opiniones se desprenden sobre ella?

Varias y todas coinciden que pese a su concisión, el cuento es un género bastante difícil de dominar. Hace poco el Nobel Mario Vargas Llosa opinó: “Creo que el cuento es un género muy difícil, que está más cerca de la poesía que de la novela. Me consta porque en todos los años que llevo escribiendo muchas veces he intentado escribirlos y he fracasado; he sentido que no alcanzaba esa perfección que exige; algo que no ocurre con la novela, que es un género imperfecto con el que no se puede alcanzar la perfección que se logra con el cuento o con la poesía”.

ENTREVISTA CON VARGAS LLOSA

Mario Vargas Llosa

Coincidía con Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro, para muchos el mejor cuentista peruano en todas las épocas. Este llegó a escribir un decálogo del buen narrador, en donde dos de sus principales puntos eran que un cuento, por una parte,  podría admitir todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos; y por otro lado, el hecho de que la historia debe entretener, conmover, intrigar o sorprender y “si todo ello se junta, mucho mejor”.

Sintetizando, podríamos decir que la extensión de un relato no hace que este sea fácil o difícil de escribir; como tampoco lo hace sus pocos o numerosos personajes. Lo que verdaderamente grafica un buen cuento es lo interesante de su trama, lo vivencial de sus personajes y el ritmo que va adquiriendo la narración.

Parecen consejos simples; pero en realidad no lo son. Detrás de ellos existe lo que siempre se encuentra tras una buena narración: disciplina, horas y horas de lectura con los maestros del género,  la capacidad de fabular;  y el dominio, al revés y al derecho,  de un conjunto de  técnicas narrativas.

libro

La lectura ayuda a escribir mejor.